Corrí, corrí y corrí. ¿Qué acabo de
hacer? ¿Por qué lo he hecho? Tengo que controlar mis impulsos. Ahora sí que no
hay manera de seguir con el plan de hacerle soltar lo que siente. ¿Qué voy a
hacer ahora? Aún más, ¿Cómo voy a poder controlarme a su lado? Después de
experimentar ese beso, ESE BESO. Dios mío. No puede ser. Ha sido eléctrico, magnético.
Mi cuerpo me pedía a gritos estar a su lado. Su boca me suplicaba que la besara
y yo simplemente he seguido mis más puros instintos. Aún podía sentir el calor de
sus labios sobre los míos, sus manos recorriendo mi cuerpo, mis dedos
enredándose entre su pelo, mis piernas enrollándose en su cintura, su olor, su
sabor…
Estaba totalmente sonrojada, jadeaba y tuve que parar. Me incliné y apoyé
mis manos en mis muslos intentando recobrar la respiración a duras penas. Cogía
cada aliento como si doliera.
— ¿Eli? ¿Qué pasa? –Di un salto al oír una voz a mi lado. Era Raquel,
mirándome como si fuera un perro verde bailando encima de una pelota de circo.
Intenté recuperar el aliento para poder hablar pero no pude, así que seguí
hiperventilando. Colocó las manos en mis hombros y me miró preocupada.
—Inspira… Expira… cuando puedas respirar, por favor, dime qué está pasando.
Dime por qué te he visto correr como si tu vida dependiera de ello y por qué
Erik está que trina. Enserio, podría romper una pared con la vena de la frente.
¿Qué… Ha… Pasado? –Dijo ella demasiado rápido y me costó entenderla. Inspiré,
Exhalé y entonces noté lágrimas en mis ojos. ¿Por qué no puedo simplemente hacer lo que tengo que hacer? Siempre
tengo que fastidiarlo todo. Quiero tener una relación normal con alguien. No
quiero que me tome por un rollito de un mes de verano y punto. Sé que es pedir
demasiado, pero no puedo evitarlo. Es algo que deseo, punto. Aparte, yo no me
veo solamente un mes con éste hombre. Porque simplemente, me he ENAMORADO de
él. No puedo evitar lo que siento y me siento horrible al pensar que él puede
no sentir lo mismo por mí. A lo mejor, no debería presionarlo. ¿Y si al presionar
tanto, simplemente me dice que yo no le gusto tanto como él a mí? Me destroza,
directamente, como una bala directa al corazón. No me veo capaz de superar eso.
No. Piensa… Piensa… ¿Qué hago ahora? Miré a Raquel, con la respiración
controlada. Por fin.
—Riri, no me he podido aguantar… -Le dije, sin mirarla. Me miró con cara
confundida, con una curiosidad que quemaba en sus ojos –Le he besado, y vaya
beso… –Añadí en un susurro. Al instante de soltar las palabras, se le iluminó
la cara y se le formó una sonrisa de autosuficiencia, me estaba diciendo con la
mirada: “¡TE LO DIJE!” Rodé mis ojos hacia ella. Giré el cuello para intentar
relajarme y vi una figura moviéndose en nuestra dirección. Me giré de golpe,
para ver a Erik, con cara determinada viniendo a paso rápido hacia mí, como si
él fuera un toro y yo una señal de neón de color rojo que pusiera: “¡Ven a por
mí!”
Me giré buscando una salida, alguna manera de evitar que se apoderara de mí
así como así. No creo ser capaz de
aguantar estar cerca de él sin besarlo, no después de lo que acaba de pasar. No
después de saber qué es besarlo.
Vi mi salvación en el último momento, un baño. Me dirigí allí como si
dentro hubiera un monstruo de chocolate y yo tuviera que comérmelo para salvar
a la humanidad.
Entré y me relajé al instante, pensando que él no podía entrar. Pero aparentemente
estaba equivocada. Porque oí movimiento y todo lo que pude ver fue a Erik
empujándome dentro de uno de los baños. No,
esto no. No creo que esto sea lo mejor para mantenerme alejada de él. Me resistí,
pero no fue suficiente. De repente tenía la pared fría en mi espalda y unos
ojos azules, tan increíbles que me hubiera derretido si él no me hubiera estado
sosteniendo, atravesándome con la mirada. Jadeé, y antes de poder recobrar el
aliento, noté su boca sobre la mía. Noté su calidez rodearme al mismo tiempo
que sus brazos lo hicieron. Me dejé rodear, me dejé consumir. No podía huir, no
podía evitarlo. Moví mis manos, que estaban situadas en su pecho y recorrí sus
brazos, deleitándome de lo fuertes que eran. Llegué hasta sus anchos hombros y
les di un apretón ligero, causando que él se apretara contra mí haciéndome
notar completamente la pared contra mi espalda. Coloqué mis manos en su cuello,
profundizando el beso. Él movió sus manos por mi cintura, apretándola. Mientras
yo escondía mis dedos entre su pelo, levantándolo, él me recorría la espalda
con las manos, desenganchándome de la pared. Jadeé, necesitaba aire. Nos
separamos dos segundos, durante los cuales no apartamos la mirada el uno del
otro. Sus ojos azules eran magnéticos, no podía mantenerme apartada. Seguía
rodeándome con sus brazos, me sentía segura y protegida. ¿Qué estoy haciendo? Tengo que hacer algo, tengo que dejarle claro que
no soy una cualquiera, que no lo quiero solamente por un mes. Quiero que quede
claro. Intenté recobrar el aliento, y me aclaré la garganta. Lo aparté con
las manos, sacándolas a regañadientes de entre su pelo.
—Yo… solamente… quiero que sepas… que no soy una cualquiera… -Respiré de
manera brusca e intenté recobrar la compostura –No quiero que esto sea un rollo
de verano que luego nada… Quiero que sea real, quiero estar contigo enserio. Y
sé que tienes miedo al compromiso, pero si realmente quieres que pase algo
entre nosotros… vas a tener que hacer un esfuerzo y expresar lo que sientes, o
lo que no sientes, o sino… -Lo miré fijamente, tragando forzosamente –Vas a
perderme de verdad… -Añadí con un hilo de voz. Aproveché el golpe que mis
palabras le habían causado para abrir la puerta del baño y salir de allí, de
nuevo con el corazón en la boca.
Fuera del baño estaban Raquel y Quim riéndose. Me acerqué a ellos, con paso
rápido, furiosa.
—No sé lo que tramáis, pero que sepáis que no funciona. Ese hombre de allí
–Señalé hacia el baño, justo en el momento en el que Erik salía, con la cara
empapada de agua y con mirada herida –Tiene problemas para confiar en las
personas, tiene miedo al compromiso. Si queréis que estemos juntos, tenéis que
presionarlo a él para que muestre lo que siente, tal cual. No quiero un rollo
pasajero, no soy de esas. Cuando me enamoro de alguien, me enamoro enserio. No
quiero pasarlo mal, así que no vuelva a acercarse a mí a no ser que tenga
claros sus sentimientos, de lo contrario, va a romper mi corazón en pedazos
cuando puedo evitarlo desde ahora –Hubiera seguido mi discurso, pero no quería
llorar. Esto se ha acabado, no voy a
hablar más con él, no voy a hacer nada con él. Eso implica que estas sesiones
IMPRESIONANTES de besos, se han acabado. Suspiré.
—Eli, quieres evitar que él te haga daño rompiéndote el corazón. Pero si
evitas que pase algo que los dos queréis que pase, te estás rompiendo el
corazón tú misma –Dijo Raquel, mirándome con el ceño fruncido, intentando
hacerme cambiar de opinión. Debería haber sabido que no iba a funcionar, al fin
y al cabo, somos igual de testarudas y me conoce como nadie.
—Te equivocas, puede que si él me rechaza me rompa el corazón, pero lo hará
aún más si sigo con esto sin estar segura de los sentimientos que tiene él
hacia mí. Si al cabo de un tiempo, digamos un mes, se ha cansado de mí ¿Qué?
Entonces de mi corazón no van a quedar ni los trozos. Tiene que superar sus
miedos. Y creo que realmente puede hacerlo, simplemente tiene que ser valiente.
NO CUESTA TANTO –Dije, mirándolo, para que quedara claro todo lo que sentía. Me
sentí mejor al haberlo soltado todo, pero aún quedaba esperar a que él me
correspondiera. A lo mejor es pedir
demasiado. Se va a asustar, va a mandarme a paseo y yo voy a acabar llorando en
casa de Raquel con un bote de helado de chocolate de 70% de cacao. Pero si no
lo suelto no soy fiel a mí misma, y por eso sí que no paso. Ante todo quiero
ser auténtica, por mucho que me guste no voy a dejar de ser yo misma. Si le
tengo que gustar, tiene que ser por mí misma, por mi personalidad loca y mi
cabezonería. Si no le gusto como soy, no le gusto. Una cosa clara que tengo
desde siempre es que no voy a cambiar por nadie, por nadie. Solamente puedo
cambiar si quiero yo ser mejor, pero para mí misma. Y a mí él me gusta por sí
mismo, solo espero que yo le guste de la misma manera. Supongo que tendré que
esperar para saberlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario